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La cena del Señor 1 Corintios 11:23


La instrucción de la Cena del Señor Mat 26:26-29

Pan, vino, semillas de trigo y uvas

La cena del Señor


El apóstol describe la ordenanza sagrada, de la cual tenía conocimiento por revelación de Cristo, él hace mención de que fue El Señor mismo quien instituyó la Cena, y lo hizo la noche que fue entregado (Mateo  26:26-29). Esta gran verdad subraya la asociación de la Cena del Señor con su muerte, para muchos de nosotros es sabido que no hay texto alguno que enseñe o que implique que el nacimiento de Jesús se debiera recordar y celebrar, lo que si debe recordarse cada primer es su muerte, porque con su muerte hemos recibido vida. También puede leer nuestro articulo Navidad no es una fiesta cristiana

La Cena del Señor es una de las grandes bendiciones que ha recibido la iglesia, pero ha habido ocasiones en las que la iglesia ha sido culpable de que muchas personas que aman al Señor y que deberían estar a la mesa, no participen de esta solemne celebración porque tienen miedo, el listón se ha puesto tan alto que sienten que estarían pecando con solo considerar venir y participar. Por supuesto, eso está muy mal. 

Otras veces, las iglesia han sido tan laxas con respecto a la cena, que básicamente esta disponible para todos, miembros e incluso inconversos. Cualquiera puede participar, siempre que asista a la iglesia, no hay celo de lo sagrado de este momento, no hay enseñanza sobre lo que este acto significa, esta ceremonia se ha convertido para muchos en un ritual mas, algo sin importancia, algo rutinario; por eso la iglesia siempre debe protegerse contra cualquiera de estos extremos.

Valor de la Cena del Señor


El valor que cada uno de nosotros le demos a este acto tan solemne dependerá de la condición de nuestro corazón, cada uno le da un valor diferente; el frio lo ve como una rutina, el tibio no le presta ninguna importancia si participa o no, mientras tanto, el que esta caliente anhela este momento para poder celebrar con agradecimiento la muerte de nuestro Dios, anhela recordar el sufrimiento de Jesucristo para servir a Dios con mas pasión y amor; el caliente toma la Santa Cena y ve al calvario con agradecimiento, amor y dolor, pero sobre todo con esperanza, porque así como Jesucristo resucitó nosotros también lo haremos.

Como el valor de esta hermosa  ceremonia depende de la condición de nuestro corazón es necesario preparar nuestro corazón, ¿Qué hay en tu corazón?; no olvidemos que la cena del Señor nos hace crecer espiritualmente, preparar nuestro corazón nos ayudará acercarnos a Dios y esto nos llevará a enfocarnos en las actitudes correctas con las que debemos proceder ante cualquier situación.

¿Por qué Jesús quiere que recordemos su muerte?


A muchos de nosotros no nos gusta recordar la muerte de un ser querido, cuando lo hacemos recordamos sus risas, los momentos alegres, momentos duros que atravesamos junto a ellos y esto obviamente nos causa tristeza y dolor, ahora, ¿Será que Dios quiere que recordemos su muerte para que estemos tristes y entonces entremos en depresión?, pues como dijo el apóstol Pablo, de ninguna manera, nuestro Dios jamás querría que nosotros nos entristezcamos por su muerte, ¿Sabe porque?, porque su muerte es lo que nos dio vida a nosotros, su muerte nos dio esperanza, esto es lo que Dios quiere que recordemos cuando celebramos y participamos de esta hermosa ceremonia de la Santa Cena.

No es su nacimiento lo que nos dio vida a nosotros, no es los milagros que hizo mientras estuvo en este mundo lo que nos dio salvación, no son sus enseñanzas las que nos dieron una esperanza, Jesús nació pero fue su muerte la que nos dio la salvación, fue su muerte la que nos dio vida, fue su muerte la que nos dio esperanza de resurrección, por esta razón celebrar su muerte debe ser motivo de gozo, porque a través de su muerte Jesucristo triunfo ante la muerte para darnos vida.

Lo que Dios quiere que recordemos con su muerte


La Cena del Señor fue instruida como un recordatorio de su gracia, de su misericordia y sobre todo de su fidelidad, pues no lo merecíamos, pero aun así Jesucristo murió en nuestro lugar, pago por nosotros con su propia vida, sufrió lo que nosotros debíamos de sufrir, el autor de la vida tomo nuestro lugar y murió por nuestros pecado, fue nuestro sustituto, pagó nuestra deuda, una adeuda que no podíamos pagar,  esto es lo que Dios quiere que recordemos mientras participamos de la cena del Señor, que recordemos que todo lo que tenemos y lo que somos es porque Dios nos lo ha concedido.

Dios quiere que recordemos como murió, que su muerte fue voluntaria, que fue manso, Dios quiere que participemos de su muerte, no solamente trayendo a la mente hechos históricos y repetirlos por repetirlos, Dios quiere que llevemos esos hechos en el corazón con agradecimiento, que sepamos que cuando participamos de esta cena, ya no lo hacemos con un muerto sino con uno que vive para siempre porque fue capaz de vencer a la misma muerte por nosotros. También te puede interesar leer nuestro artículo Con amor eterno te he amado

Elementos simbólicos de la Cena del Señor


Los elementos visibles son el pan y el vino. Lo que se come se llama pan, que representa el cuerpo del Señor, y lo que se bebe es el vino que representa su sangre.

El pan partido representa la muerte, su cuerpo y el vino, fruto de la vid, la sangre preciosa de nuestro Señor Jesucristo, su sangre es la tinta permanente que sella nuestro pacto con Dios.

Requisitos para participar de la cena del Señor


1 Corintios 11:26-28  "Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. De manera que cualquiera que comiere este pan o bebiere esta copa del Señor indignamente, será culpado del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, pruébese cada uno a sí mismo, y coma así del pan, y beba de la copa." 

1. Pertenecer al cuerpo de Cristo


Pablo insiste que el tema principal debe ser Cristo, por esta razón de la cena del Señor solo deberían de participar los miembros de la congregación, recordemos que ser parte del cuerpo de Cristo no es solo cuestión de conversión sino  de comunión.

Hechos 2:41-42 nos dice que la iglesia primitiva participaban del partimiento del pan, vivían en completa comunión, y es que la cena del Señor fue instruido con el propósito de unir y fortalecer al pueblo de Dios hasta su venida.

2. Examinar su vida 


Antes de participar examínese, analice su actitud, deseos, conducta, pero sobre todo arrepiéntase de todo aquello que ofende a Dios. También le puede interesar leer nuestro articulo ¿Arrepentimiento o remordimiento?

Es necesario hacer un inventario de nuestra vida y eliminar lo que esta infectando nuestro corazón, necesitamos preguntarnos si hemos descuidado nuestra vida espiritual y si hemos dejado de procurar una vida santa que engrandezca a nuestro Dios.

Esto se hace para que cuando participemos de la cena del Señor lo hagamos con un corazón agradecido que no quiere volver atrás, un arrepentimiento genuino nos ayudará a despojarnos de forma definitiva de todo aquello que ofende a Dios, asi no infringimos ni violamos el propósito de la Cena del Señor.

3. Eliminar dioses falsos 1Cointios 10:15-22


La Cena del Señor es un reflejo externo de nuestra devoción por Jesucristo, jamás podremos agradar a Dios si continuamos participando de las cosas del mundo, no podemos servir  a dos señores, no podemos agradar a Dios y al mundo.

El gran problema en la iglesia de Corintio era que querían participar de la cena del Señor y del paganismo, querían comer de lo sacrificado a ídolos y de la cena del Señor, y como bien dice su palabra, no se puede beber de la copa del Señor y de la de los ídolos.

Usted podrá decir, no soy idolatra, no creo en imágenes, no venero santos de ningún tipo, pero quiere decirle que todo aquello que ocupa el primer lugar en su vida se convierte en su dios, todo aquello que impida a Dios ser el centro de toda su vida se esta convirtiendo en su dios.

Participando de la cena del Señor


Las cosas significadas por estos signos externos, son el cuerpo y la sangre de Cristo, su cuerpo partido, su sangre derramada, junto con todos los beneficios que fluyen de su muerte y sacrificio. 

Las acciones de nuestro Señor fueron, al tomar el pan y la copa, dar gracias, partir el pan y dar el uno y la otra. Pero los actos externos no son el todo ni la parte principal de lo que debe hacerse en esta santa ordenanza. 

Los que participan de la cena del Señor tienen que tomarlo a Él como Señor de su Vida, rendirse a Él y vivir para Él. Tiene que hacerse en memoria de Cristo, para mantener fresca en nuestras mentes su muerte por nosotros, No es tan sólo en memoria de Cristo, de lo que Él hizo y sufrió, sino para celebrar su gracia en nuestra redención. Declaramos que su muerte es nuestra vida, la fuente de todos nuestros consuelos y esperanzas. Nos gloriamos en tal declaración; mostramos su muerte y la reclamamos como nuestro sacrificio y nuestro rescate aceptado. 

Dios quiere que no solo preparemos el pan y el vino para esta solemne ceremonia, Dios quiere que preparemos el corazón, que no abusemos ni le restemos valor al maravilloso significado de esta Santa Cena, Dios quiere que no participemos indignamente, que no perdamos de vista el propósito de su muerte y que vivamos agradecidos sirviendo a Dios y esperando su venida. También puedes visitar nuestra pagina Reflexiones y sermones cristianos.