La sensibilidad puede definirse de diferentes maneras según el contexto. Para los científicos, es la capacidad de percibir estímulos a través de los sentidos. En el ámbito artístico, se entiende como la facultad que conecta el arte con el gusto y el entorno. Los educadores la ven como la habilidad para establecer vínculos entre los contextos, favoreciendo el interés mutuo y desinteresado por el aprendizaje. Otros la asocian con la conciencia, un despertar hacia la realidad tangible y presente. Sin embargo, desde la perspectiva bíblica, la sensibilidad cristiana va más allá de una simple percepción sensorial y consciente; la sensibilidad en el cristiano es algo que debe estar profundamente arraigado en el corazón y el espíritu de de cada uno de los que hemos conocido a Dios.
La sensibilidad que nos enseña Jesús a los cristianos
La sensibilidad cristiana no enseña sobre amor, sino que nos muestra amor
Jesús no solo enseñaba sobre el amor de Dios, sino que lo vivía y lo manifestaba de manera plena, esto es el verdadero significado de sensibilidad cristiana.
Los fariseos, quienes eran sus más acérrimos opositores, no atacaban tanto sus enseñanzas, sino su identificación con aquellos que se acercaban a el llenos de necesidades, en especial con aquellos que, para los fariseos, no tenían valor alguno.
El pecado de los fariseos no radicaba en la apariencia o en el incumplimiento de la ley, sino en haber quitado el amor y la bondad de la misma ley que decían defender. Hoy en día abundan muchos fariseos insensibles que han despojado el mensaje de Dios de su verdadera esencia: "Un amor que se compromete y toma el dolor ajeno como propio.", el ejemplo mas claro lo ha puesto Jesucristo, muriendo en una cruz, llevando nuestros pecados sobre si mismo simplemente por amor.
La sensibilidad cristiana se muestra con perdón
La sensibilidad de Jesús se manifestaba de manera extrema en su acción perdonadora y en su capacidad de identificación con los demás. Jesús abrazaba al ser humano con un amor inmenso, otorgándole aceptación plena y sin condiciones; no hacia acepción de personas, no juzgaba ni condenaba la condición en la que se encontraban aquellos que los buscaba, es maravilloso pensar en un Dios perfecto aceptando nuestra imperfección, abrazándonos sin importar los sucio que nos encontramos, ¿Podemos nosotros hacer lo mismo?.
Muchos nos hemos vuelto cual fariseos, hemos olvidado lo sucio que estábamos cuando venimos a los pies de Jesús, hemos olvidado el hoyo del que nos saco nuestro Dios y ahora vemos al adicto, al ladrón, al adultero, al maldiciente y nos sentimos superiores a ellos, los vemos con ojos acusadores y cual fariseos en lugar de extenderles la mano, los ignoramos, los hacemos a un lado y los menospreciamos.
Dios quiere que sigamos sus pisadas, que imitemos su ejemplo de perdón, un perdón que no humillaba, sino que dignificaba, que orgulloso se sentiría Dios si nosotros pudiéramos hacer lo mismo con la humanidad, pero lamentablemente estamos como el hermano del hijo prodigo, en vez de alegrarnos por el pecador que se arrepiente, cuestionamos sus intenciones, señalamos sus errores y nos negamos a recibirles con amor. También te puede interesar nuestra pagina
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Dios espera que en nosotros pueda nacer esa sensibilidad cristiana, que podamos sentir amor por los mas necesitados y sobre todo que seamos capaces de mostrar perdón y aceptación, por el único motivo que Dios nos perdono y nos aceptó primero.
La sensibilidad cristiana muestra compromiso
Jesús pudo decir cuanto amaba a la humanidad, pero la mejor forma de mostrar su amor fue su compromiso, un compromiso que lo llevo hasta una cruz donde fue azotado y crucificado. No importaba cuan doloroso fuera el proceso, Jesús tenia un compromiso de amor, por eso la Biblia nos da el mejor significado de amor "El amor todo lo sufre, todo lo espera, todo lo soporta".
Por otro lado podemos ver la falta de amor, esta falta de amor se muestra con la indiferencia, la indiferencia da como resultado la falta de compromiso, y un cristiano sin sentido del compromiso es como estar muerto al poder del evangelio.
Jesús nos enseñó, a través de su apertura al sufrimiento ajeno, que debemos ver la vida desde la visión del otro, sin reparos ni reservas. La sensibilidad cristiana implica asumir el rol del desposeído, siguiendo el ejemplo supremo del Mesías que se entregó en una cruz, experimentando el dolor y la humillación en favor de la humanidad.
Las reacciones que recibía de la gente eran de gran importancia para Jesús, quien se conmovía profundamente al ver el sufrimiento de un hombre, una mujer o un niño, Jesús no era indiferente a esas necesidades porque su amor por la humanidad le daba ese sentido de compromiso.
Nosotros, los que hemos conocido ese amor de Dios debemos tener la misma sensibilidad que el mostro ante las necesidades de la humanidad, ese amor nos debe mover hacia un compromiso de trabajo a favor de una humanidad que se pierde día a día, no podemos ser indiferente ante tanda violencia, tanta maldad, tantas pasiones desenfrenadas, no podemos ser indiferentes ante el dolor y el desconsuelo de otros, es tiempo de sensibilizarnos, sentir como Dios siente y sobre todo, amar como Dios ama.
En el regazo de Jesucristo, todos cabían; no importaba si eras un ladrón, un adultero, una prostituta, un endemoniado o un leproso, podías encontrar refugio en sus brazos de amor porque Jesús sentía un compromiso con esa humanidad que tanto le necesitaba.
La sensibilidad es una capacidad esencial para los seguidores de Cristo, ya que les permite identificarse plenamente con su llamado. El sensible se dedica al servicio de Jesús con un corazón dispuesto y comprometido fiel mente a su llamado, mientras que el insensible queda fuera de los planes salvíficos, pues su actitud es exigir en lugar de dar, reclamar en lugar de agradecer, lastimar en lugar de sanar.
El cristiano sensible tiene conciencia de lo que ha recibido y de lo que debe dar, sin limitar su entrega ni regatear su agradecimiento, ¿Sientes ese compromiso de dar de lo que has recibido?. Puedes leer también nuestro articulo
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Sensibilidad Cristiana ministerial
Es esencial que nos sensibilicemos ante una visión profunda y amplia del mundo, para que nuestra compasión y reflexión nos conduzcan a una relación genuina con Dios.
Si deseamos ser una iglesia sensible al llamado divino, debemos vivir de manera piadosa, conscientes de la crisis que nos rodea. Un buen ejemplo de esta sensibilidad lo encontramos en Eliseo.
Eliseo era un hombre capaz de ver la gloria de Dios, pero también de percibir lo que otros no podían, por ejemplo, Eliseo miraba a los ejércitos del Señor donde otros solo veían enemigos, eso no significaba que Eliseo estuviera alejado de la realidad, al contrario, veía la necesidad, pero también la respuesta de Dios y el consuelo que necesitaban. Muchos de nosotros necesitamos ver la realidad en que otros viven, necesitamos ver su sufrimiento para mostrarles lo que nuestros ojos alcanzan a ver, transmitirles esperanza, enseñarles a ver lo que vemos e infundirle la fe que tanto necesitan.
Otro ejemplo que nos deja Eliseo lo encontramos en 2 Reyes 8:10-12 Cuando Eliseo se encuentra con Hazael, lo mira con atención y con lágrimas en los ojos y le dice: “Sé el mal que harás a los hijos de Israel…”.
Esta escena refleja la capacidad de ver tanto la gloria de Dios como el sufrimiento de su pueblo, Eliseo sintió el dolor que sentiría el pueblo en manos de Hazael, quizás Eliseo sintió el dolor de ver quemada las fortalezas de su amada ciudad, sintió el dolor de ver morir a los jóvenes y a los niños, sintió dolor al ver como Hazael abriría el vientre de las mujeres en cinta, sintió el dolor como suyo, se dolió de la situación que atravesaría el pueblo de Dios, Eliseo era sensible, ese fue uno de los factores que llevo su ministerio a un lugar privilegiado delante de Dios.
¿Cuantos de nosotros vemos la gloria de Dios en nosotros?, ¿Cuantos nos sentimos plenos con la presencia de Dios?, no es malo sentirnos así, lo malo es ser indiferentes a las necesidades de otros por el simple hecho de que nosotros estamos bien, estamos luchando, estamos firmes, con luchas, pero viendo el respaldo de Dios en nuestras vida, pero, ¿Que pasa con las necesidades de otros?, el éxito de nuestro ministerio o liderazgo depende de cuan sensibles somos ante las necesidades de otros, no olvides amado hermano que hemos sido llamados "A servir", hemos sido llamados a atender las necesidades de otros y no solamente las nuestras.
Otro ejemplo de sensibilidad ministerial lo vemos en Nehemías, este hombre esta bien, tenia un buen puesto en palacio, no le faltaba nada, pero estaba interesado en saber como la estaba pasando el pueblo al que tanto amaba su Dios, cuando supo el gran mal y afrenta en la que vivían, lloró, ayunó, oró a Dios y asumió el compromiso de hacer algo para ayudar.
Ahora bien, ¿Te interesa como están los hijos que tanto ama tu Dios?, ¿Te duele tu corazón cuando sabes que algo aflige a un hijo de Dios?, ¿Estas dispuesto a orar, ayunar y hacer algo por ellos?, ¿Te conmueves ante el dolor de otros?
Esta visión de la necesidad de otros debe transformarnos, si solo nos enfocamos en nosotros porque vemos la gloria de Dios, nos volvemos místicos, desconectados del sufrimiento del prójimo. Si solo vemos la vida tal como es, nos volvemos amargados. Es en nuestra sensibilidad donde se encuentra nuestra salud como seres redimidos.
Necesitamos equilibrar nuestra visión de Dios con nuestra compasión por los demás, porque es en esa sensibilidad donde se nutre nuestra integridad espiritual.
En mi experiencia cristiana algo que he visto en muchas iglesias es que los pastores que llevan carga en consejería ministerial y aquellos que están interesados en dar seguimiento a los miembros son los que cosechan miembros firmes, miembros constantes y sobre todo miembros fieles a Dios y a su llamado.
Pastorear una iglesia no es simplemente administrar gastos y mantener el templo o ganar almas, la función pastoral va mucho mas allá que pagar cuentas, para tener un ministerio exitoso debes interesarte en las necesidades de otros, estar al pendiente de lo que les pasa, estar dispuesto a llevar sus cargas y muchas otras cosas mas, sino eres sensible a sus necesidades jamas sentirás el compromiso de amor que siente el verdadero pastor, recuerda "El buen pastor su vida pone por las ovejas"
El liderazgo tampoco consiste en organizar eventos o programar actividades, el verdadero liderazgo consiste en involucrar a otros, en enseñar, el verdadero líder buscará como hacer que los demás se involucren y se comprometan de manera voluntaria a servir a Dios con amor y pasión; pero para esto debes estar al pendiente de lo que les pasa a cada uno de ellos, debes estar alerta, debes estar dispuesto a escuchar, a aconsejar y corregir, etc, eso tiene un precio, quizás el consejo no sea bien recibido, pero el simple deseo de que a ellos les valla bien hará que tomes fuerzas para seguir instando a tiempo y fuera de tiempo.
La sensibilidad comunitaria
En Romanos 12, el apóstol Pablo nos enseña que los valores cristianos son diametralmente opuestos a los del mundo. Pablo nos dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos”. Este llamado sigue vigente y es un punto de referencia para evaluar nuestra comprensión de la vida y nuestros criterios para juzgarla. Vivir conforme a la hermosura de las misericordias divinas nos lleva a una conciencia cristiana que se hace eco de la sensibilidad como un principio rector en nuestras acciones cotidianas.
A menudo leemos este pasaje y no caemos en cuenta la seriedad de su demanda. Nos jactamos de nuestras moralidades, nuestras enseñanzas y nuestros logros, pero desde la perspectiva de Dios, a menudo caemos en la trampa de la mundanidad. Nos preocupamos más por las apariencias y por defender nuestros conceptos distorsionados que por practicar una piedad genuina, fundamentada en la verdadera sensibilidad del corazón.
Este enfriamiento espiritual es una enfermedad que amenaza nuestra salud colectiva como iglesia. Si no la tratamos, puede convertirse en una crisis espiritual mayor.
Queridos hermanos y hermanas, el Señor nos invita a vivir una vida rica, sanadora, profunda y equilibrada. Nos llama a imitarle sin perder nuestra sensibilidad hacia los demás.
Hemos caído en una teología superficial que engrandece al hombre y oscurece la gloria divina. Recuperemos la fuerza de una teología genuina, aquella que enfrenta el dolor, la ansiedad y el sufrimiento del mundo, sin evadirlos, sino con el compromiso de transformar la realidad a través del poder del evangelio. También te puede interesar nuestro articulo
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Dios esta esperando un pueblo que muestre su amor a Él amando a nuestro prójimo, solo recordemos la historia del Buen samaritano, el escriba y fariseo pasaron de largo, vieron al hombre tirado en el camino, herido y sin nada en sus bolsillos, pero ninguno de ellos se acerco a ayudar, eran insensibles, porque eso es lo que hace la religiosidad, nos endurece y nos vuelve indiferentes.
Nosotros como hijos de Dios debemos marcar la diferencia, debemos mostrar el amor y la sensibilidad que Jesús mostro, que el mundo entero vea a Jesús en nosotros, que otros puedan conocer a Dios a través de nosotros, que podamos mostrar la misericordia que Dios mostro, sin hacer acepción de personas, sin juzgar o señalar, sin cuestionar o acusar; ¿Podemos mostrar esa sensibilidad a esta humanidad carente de amor y perdón?, ese es nuestro llamado, atiende a ese llamado.