¿Tristeza en el Cristiano?

Salmo 6:6 "Me he consumido a fuerza de gemir; Todas las noches inundo de llanto mi lecho, Riego mi cama con mis lágrimas."

Muchos de nosotros hemos crecido en una cultura, una iglesia y una familia que no tenían mucho lugar para la tristeza. "Si alguna vez alguien alrededor de nuestra vida se sentía triste, era nuestra responsabilidad animarlos", esas son muchas veces la orientaciones que hemos recibido desde pequeños.

Como cristianos, se nos enseña que debemos "¡Regocijarnos en el Señor, siempre!", que Dios fue quien enjugó cada lágrima en nosotros, por tanto, la tristeza es incompatible, no sólo con nuestras normas culturales, sino también con nuestra comprensión del cristianismo auténtico. 

Nos enseñan que los verdaderos cristianos estaban felices, no tristes. Siempre tenían una sonrisa en sus rostros, y que ciertamente no empaparon sus camas con sus lágrimas. También te puede interesar nuestro articulo Puedes llorar también

Pero, por supuesto, hay un problema con con estas afirmaciones que hemos mencionado, la gente sí muchas veces se puso triste, a veces su tristeza parecía inevitable y hasta incluso muchas veces era razonable.

La noción de que los verdaderos cristianos nunca están tristes, tropieza con las enseñanzas y los ejemplos de las Escrituras. Muchos de los salmos expresan profunda tristeza al Señor, sin sentimiento de vergüenza. 

En el Salmo 6:6 , por ejemplo, David ora con una tristeza profunda y grave, tanto así que sus lágrimas mojaban las sábanas de su cama, las situaciones por las que David pasó lo llevaron a experimentar muchas cosas, los Salmos están llenos de sus propias emociones llevadas ante su Dios, emociones como miedo, dolor, angustia, desesperación, depresión, tristeza, quebranto, vergüenza y muchas mas.

Si los Salmos nos fueron dados para enseñarnos cómo comunicarnos con Dios, entonces seguramente hay un lugar para la tristeza en el cristianismo auténtico. Las Escrituras nos invitan a ser honestos con Dios, a compartir lo que realmente sucede dentro de nosotros. El Señor llevará nuestras penas mientras se las ofrecemos, sin escondernos ni fingir.

Además, la auténtica comunidad cristiana incluye un lugar para la tristeza compartida. Recuerde las instrucciones de Pablo en Romanos 12:15 . "Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran.".

Si alguien que nos importa está afligido, muchas veces nuestro trabajo no será "animarlo", porque quizás mas bien lo que ese hermano necesita es que más bien nos podamos unir a él en su dolor y, de esta manera, soportar sus cargas. Al hacer esto, llegamos a conocer más profundamente el corazón de Jesús, quien es "varón de dolores, experimentado en quebranto" (Isaías 53:3). 

Cuando abordamos abiertamente nuestra tristeza, así como la tristeza de los demás, abrimos nuestro corazón a una experiencia más profunda y plena del gozo de Dios, porque ahí mismo en Dios quien se encarga de llevarse nuestra tristeza y nuestro dolor, es Dios quien empieza a trasformar nuestro lamento en danza. También te puede interesar leer ¿Cómo superar el miedo a la vida?

Santiago 5:13 "¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.", no importa si estas triste, preocupado, enfermo, agobiado o alegre, Dios quiere que e acerque a Él, la oración siempre restaura lo que empieza a desboronarse dentro de nosotros.

La tristeza debe acercamos a Dios y no alejarnos, la tristeza debe orillarnos a buscar el refugio en ese Dios de consuelo que nos ama tal cual somos, no importa tu situación acércate a Dios, que no te avergüence decir que etas triste,  díselo a Dios y seguramente te levantares con una mente renovada y espíritu fortalecido en el nombre de Jesús. Puedes leer mas en nuestra pagina Devocionales Cristianos Cortos