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Necesitamos una experiencia personal con Jesús


Un Ciego de nacimiento es sanado

Jesús unta lodo en los ojos de un ciego


Jesús sana a un ciego de Nacimiento Juan 9:1-7


En el este pasaje vemos cuatro reacciones diferentes ante lo que Jesús había hecho, un ciego de nacimiento había sido sanado y no todos reaccionaron de la misma forma ante aquel milagro.

Los vecinos revelaron sorpresa y escepticismo; no lo podían creer, le habían visto desde niño siendo ciego, lo habían visto mendingar a causa de su ceguera, lo conocían muy bien y por eso lo mas fácil era pensar que ese hombre se parecía al ciego de nacimiento que ellos conocían. Esta es la reacción mas lógica cuando no hemos conocido al hacedor de milagros, no creemos en imposibles, nos mostramos escépticos y tratamos de razonar ante el milagro.

Los fariseos en cambio, mostraron incredulidad y prejuicio; eso justamente es lo que hace la religión, demuestra incredulidad ante la posibilidad de un milagro, el religioso ya ha perdido la fe, le cuesta creer incluso teniendo el milagro frente a él, en lugar de glorificar a Dios cuestionan y razonan, en lugar de alimentar su fe a través del milagro, se vuelven incrédulos y se niegan a ver la mano de Dios obrando en ese milagro.

Los padres de aquel hombre, creyeron el milagro porque el que había sido sanado era su propio hijo, ellos conocían su condición y ahora este hombre podía ver, pero no entendían como eso era posible, callaron por temor a ser cuestionados y expulsados de la sinagoga; no pudieron explicar el milagro, porque no conocían a aquel que había podido dar la vista a su hijo. Esto es lo que pasa cuando no hemos tenido un verdadero encuentro con Dios, vemos  el  milagro, sabemos que algo extraordinario ha pasado pero nos negamos a darla gloria al hacedor del milagro, tenemos miedo de lo que otros puedan pensar, de lo que nos puedan hacer, por eso decidimos hacer lo mismo que los padres de aquel hombre.

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Por ultimo vemos al hombre sanado, este demostró una fe constante y creciente, quizás al momento del milagro no conocía a Jesús, pero cuando recibió la sanidad supo que Jesús no era un hombre común y corriente, supo a quien dar la gloria por su milagro, supo dar testimonio ante una nube de testigos lo que Jesús había hecho en él. 

Un milagro en día de reposo


Debido a que la curación tuvo lugar en sábado, los líderes religiosos judíos investigaron la curación, buscando una oportunidad para acusar a Jesús de un crimen. 

Durante la investigación, al hombre sanado le preguntaron repetidamente qué había sucedido y quién pensaba que era Jesús. Su respuesta, compartiendo su propia experiencia personal, fue una que creo que es muy instructiva para muchos de nosotros a quienes se nos pregunta por qué creemos.

Una experiencia personal con Jesús


Si es pecador, no lo sé


El hombre sanado reconoció que no estaba calificado para debatir con estos eruditos líderes religiosos sobre la identidad de Jesús, pero estaba calificado para hablar en un área muy importante, y era sobre lo que le había sucedido; su propia experiencia personal.

El ex ciego había escuchado las mismas preguntas demasiadas veces. No sabía cómo ni por qué Jesús lo sanó, pero sabía que su vida cambió milagrosamente y no temía decir la verdad. También te puede interesar leer Lo que le faltaba a Cornelio Hechos 10

Al igual que el ex ciego, no es necesario que uno conozca todas las respuestas para hablar de Cristo a otros, no necesitas ser un experto en la Biblia o un gran teólogo, lo único que necesitas es decir cómo El ha cambiado nuestra vida, luego solamente nos resta confiar en que Dios usará esas palabras para ayudar a otros a creer también en El.

Una cosa sé, que habiendo yo sido ciego, ahora veo


Los amigos del hombre, sus padres y su propio testimonio eran todos iguales. Una vez estuvo ciego, pero ahora podía ver. 

Y los fariseos no tenían respuesta para eso. Para ellos era dolorosamente obvio que algo dramático había sucedido en la vida de ese hombre. Si bien finalmente se negaron a reconocer la fuente del cambio, no pudieron negar lo obvio.

Eso mismo ocurre cuando hemos experimentado un cambio notable en nuestra vida, cuando hemos dejado nuestra vida desordenada, llena de libertinaje y desenfreno, Satanás no puede negar el cambio, pero quiere esconder el nombre de aquel que hizo el cambio en tu vida.

Dios quiere hombre y mujeres que se pongan en pie y puedan decir "Jesucristo cambio mi vida", "Jesucristo rescató a mis hijos de la drogadicción", Jesucristo restauró mi matrimonio", Dios quiere que no escondas lo que Él ha hecho en tu vida, quizás no sepas explicar las formas en las que Dios obra, quizás no puedas dar una catedra de la palabra de Dios, pero si puedes ser un testimonio andante de lo que Jesucristo puede hacer cuando tenemos una experiencia personal con Él.

Aunque no podemos decir cuándo, cómo y por cuales pasos se obró el cambio vida, aun así, podemos tener el consuelo de poder decir: "Yo era ciego, pero ahora veo". "Yo llevaba una vida mundana sensual pero ahora, gracias a Dios, es lo contrario"

Algo importante de mencionar es que aquel hombre no conocía a Jesús, pero Jesús si lo conocía a él; fue Jesús quien se acercó he hizo el milagro, el ciego no fue quien lo busco, pero aun así, Jesucristo hizo algo grande por él, luego de esta experiencia personal, el ex ciego ahora no solo adoraba a Dios, sino que reconocía a Jesús como su salvador, no tenia temor de declarar el milagro recibido, no le importaba lo que pudiera pasarle, el diría lo que Jesús hizo por el.

Eso es lo que provoca una verdadera experiencia personal con Jesús, quizás pierdas amigos, quizás seas excluido de tus grupos, a lo mejor ya no te vean igual, probablemente sufras, llores y hasta experimentes rechazo por las personas que mas amas, pero al igual que el ex ciego, jamas dejaras de anunciar que fue Jesucristo quien hizo el milagro salvador en tu vida, vivirás agradecido con Dios y le darás siempre la gloria por todas tus victorias. 

Comparte tu experiencia personal


Si bien la transformación de este hombre de ciego a vidente fue física, todos los que hemos venido a Cristo podemos hacer la misma afirmación con respecto a nuestra condición espiritual. Donde antes estaba ciego a la actividad de Dios en este mundo, ahora puedo ver. Y como el hombre sanado en esta historia, es por lo que Jesús ha hecho. Al hombre físicamente ciego le puso barro en los ojos y lo mandó a lavar. Por mí, él murió en la cruz y lavó mi pecado, llevándome a la luz.

En mis débiles intentos de defender lo que creo, puedo o no ser capaz de responder todas las preguntas sobre mi fe a satisfacción de quienes me preguntan. Pero debería poder hacerme eco de la proclamación de este hombre: “ Una cosa sí sé. ¡Estaba ciego, pero ahora veo! “ ¡ Estaba perdido pero ahora he sido encontrado! ” ¿Y quién puede realmente argumentar que conocen mi experiencia personal mejor que yo? De hecho, hay quienes lo intentarán. Pero en realidad eso se debe a que no tienen otra respuesta.

Pero, ¡cuánto más efectivo será tu testimonio cuando otros a tu alrededor repitan: “No sé con certeza qué le pasó, pero ya no es el mismo que antes!” La apertura de tus ojos espirituales debería cambiar tu vida de maneras que sean obvias para quienes te rodean.

Para alcanzar al adicto, al adultero, al idólatra, a la prostituta, al pandillero, al estafador, etc, necesitamos de una experiencia personal con Jesús, una experiencia que provoque cambios visibles ante otros, una experiencia que sirva de testimonio del poder transformador y restaurador que tiene nuestro Dios. También puedes visitar nuestra pagina Sermones y reflexiones cristianas