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Si el barro hablara Jeremías 18:3-4


LA SEÑAL DEL ALFARERO Y EL BARRO


Jeremías 18:3-4 Reflexión


Jeremías 18:3-4 "Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla." 

Jeremías visita la casa del alfarero a petición de Dios. Allí observa la forma en que trabaja el alfarero y aprende que el alfarero rechaza de vez en cuando alguna vasija debido a su pobre calidad.

Quizás hayas observado las mismas cosas que Jeremías vio, porque el arte de hacer una vasija no ha cambiado en todos estos siglos, la rueda ahora funciona con un motor eléctrico, pero esa es la única diferencia; incluso esto es controlado por el pie del alfarero, el barro es el mismo que siempre ha sido, el alfarero es el mismo, con sus capaces manos, trabajando para darle forma al barro para formar la vasija que tiene pensada.

Mientras Jeremías miraba el trabajo del alfarero, Dios le puso en su mente dos grandes verdades: Dios tiene autoridad y poder para formar y moldear reinos y naciones como le plazca, puede disponer de nosotros como le plazca; y sería tan absurdo que nosotros disputáramos esto como que el barro discutiera con el alfarero.

SI EL BARRO HABLARA, SE ARREPENTIRIA DE HABER HABLADO


Sale el alfarero de alguna parte de la tierra en busca de barro, de entre toda la tierra elige una pequeña porción que le parece adecuada para la obra que el ha pensado hacer; la toma con él y la lleva a su taller para empezar a moldear su obra maestra; hace uso de las herramientas necesarias y empieza a quebrar aquel pedazo de barro que no tiene forma alguna, es un largo proceso donde se llevaran a cabo diversos procedimientos donde la meta es hacer una vasija de honra.

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Si el barro hablara, daría grandes gritos


Quizás durante el inicio del proceso, el barro daría voces de desesperación, de angustia, de sufrimiento, probablemente gritaría diciendo al alfarero ¿Qué haces?, ¿Por que me has sacado de mi lugar para traerme a este lugar desconocido al que no pertenezco?, probablemente el barro se quejaría, le diría al alfarero que lo incomoda tomándolo en su mano, que le duele cuando lo muele con sus herramientas y que cuando pone agua sobre el siente que se esta inundando, que se esa ahogando, y que esa sensación es desesperante.

El barro no comprende porque lo baten y lo muelen, se siente confundido y hasta se pregunta ¿Qué quiere este alfarero de mi?

Mientras tanto el alfarero apenas empieza su obra, cada paso tiene un propósito para él, con sabiduría hace que a cada momento el barro valla perdiendo la figura de un simple terrón de tierra y empieza a dar la forma de una muy hermosa y valiosa vasija.

Si el barro hablara, no comprendería el propósito del alfarero


El barro no entiende los propósitos que tiene el alfarero mientras esta girando en el torno vuelta tras vuelta,  para el barro pareciera que ese movimiento no tiene fin y quizás hasta diría que es insoportable girar en el mismo lugar tanto tiempo mientras arrancan pedazos de él, el barro no comprende que los pedazos que desprende el alfarero de él son pedazos inútiles, pero aún así se aferra y se lamenta porque para el barro esos fragmentos son parte de él y son importantes.

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El barro ignora que el alfarero esta quitando lo que le sobra, esta dejando solamente lo necesario, lo que es útil, lo mejor de aquel pedazo de arcilla que antes no tenia mas futuro que ser parte del suelo mismo.

Una vez que el alfarero dio forma a ese pedazo de arcilla, el barro se siente aliviado, ignora que el proceso no ha terminado y que falta ser refinado.

Si el barro hablara, se resistiría al fuego


El alfarero ha preparado el fuego ante la curiosa mirada del barro, un horno el cual es inevitable para la preciosa vasija que fue formada, aunque el alfarero mismo no quisiera refinar la vasija en el fuego, debe hacerlo porque sabe que es necesario para terminar la obra maestra que ha empezado.

Si el barro hablara, al ver que su destino es el fuego, talvez si pudiera se resistiría al alfarero, negociaría con el para no entrar en ese fuego; al no lograr convencer al alfarero aterrorizado gritaría al sentir el insoportable fuego, angustiado pensaría que quizás el alfarero no lo escucha porque aun sigue sintiendo el fuego, pensaría que el alfarero no comprende su dolor, se preguntaría porque lo escogió a él, el barro hecho vacía sentiría dolor, el fuego penetra hasta su interior y es cada vez mas doloroso.

Luego de tanto llanto, de tanto dolor, el barro se daría cuenta que el fue fortaleció todo su ser, que lo hizo mas resistente, que ahora es diferente.

El barro ya no es una arcilla insignificante, ahora tiene figura, tiene valor, ya no es parte de aquel sucio suelo, ahora es una pieza muy fina de arte, ahora puede ocupar un lugar especial en cualquier lugar a donde valla, ahora es una vasija de honra y es útil gracias al trabajo del alfarero. Lo que para muchos antes no tenia valor, ahora es deseado, ahora es admirado y valorado.

Si el barro hablara, se arrepentiría de haber hablado


 Muchas veces en sus pensamientos quizás el barro se rehusó a ser formado; pero el alfarero no desistió en su plan y termino la obra que comenzó un día.

Si el barro hablara se arrepentiría de haberse quejado, contemplaría su nueva forma y él mismo se alegraría de haber pasado por ese proceso tan doloroso, si el barro hablara agradecería al alfarero por no haber renunciado al propósito de transformarlo, agradecería ya no ser una pieza inservible y frágil.

A diferencia del barro, nosotros si hablamos y entendemos el plan de Dios en nuestras vidas, pero en el proceso de transformación muchas veces nos olvidamos de sus promesas, es tiempo de detenernos un momento y agradecer a Dios el hecho de que su palabra ha transformado nuestras vidas.


Tu proceso puede ser doloroso, pero te esta formando, las adversidades pueden ser duras y difíciles, incluso habrán momentos en los que no entiendas porque Dios hace ciertas cosas, pero sin importar lo que suceda, confía, Dios esta al control y sabe lo que hace. El proceso esta moldeando y fortaleciendo tu vida, tu familia y tu ministerio o liderazgo, solo debes de confiar  esperar en Dios.