Dios trabaja en nuestra autoestima

En 1 Samuel 17:4-24,25,26 vemos que Dios tuvo que sanar el alma del Rey David, le ayudó a ver el verdadero valor que tenia, le enseño a verse como un rey.

Recordemos que había una profecía sobre él, Dios le ungió como rey por medio del profeta Samuel, pero luego David volvió a cuidar sus ovejas, tenía mentalidad de pastorcito, si meditamos un poco, sus hermanos le menospreciaban, sus padres le tenían en poco, David creció en un hogar en donde todos podrían aspirar a cosas grandes pero a él solo lo veían como el niño que cuidaba las ovejas, por esta razón David luego de ser ungido rey, volvió al campo a cuidar de sus ovejas.

Por ordenes de su padre dejó las ovejas y se fue al campo de batalla a dejar alimento a sus hermanos, ahí se encontró con un ejercito depresivo y atemorizado por sus enemigos, esto despertó en él el rey que Dios había ungido, al igual que David, las dificultades deben sacar el guerrero que llevamos dentro, Dios muchas veces permite las dificultades para hacernos ver el verdadero valor que tenemos, Dios quiere que veamos todo de lo que somos capaces en sus gloriosas manos. También puedes leer nuestro articulo Eres un ser único, devocional para jóvenes

Trasladémonos un momento al campo de batalla en el que se encontraba el pequeño David, en el bando enemigo estaba Goliat, amenazando y burlándose del ejercito de Israel. Los desafiaba por la mañana y por la tarde durante 40 días. Se sabían de memoria sus amenazas, y no sólo eso, sino que habían creído lo que ese gigante les decía, tanto repetía Goliat estas amenazas y los insultos que todo el pueblo de Israel ya se había creído todo lo que Goliat les decía.

De la misma forma, nosotros durante nuestras vidas hemos sido bombardeados desde nuestra niñez. “No sirves para nada”, “eres inútil”, “eres tonto”, “no lo lograrás”, “eres cero aporte”, “no vales nada”. Nos rechazan en el hogar, nos rechazan en la escuela, nos rechaza nuestra pareja, nos rechazan en el trabajo, nos rechazan en todas partes. Nos aprendemos de memoria esas frase, y lo más trágico, es que las creemos, es así que llegamos a Jesucristo con una muy baja autoestima.

Mateo 4:18-22 Cuando Cristo comenzó su ministerio era rodeado por la gente, hacía milagros y la multitud le rodeaba, sabia que él no podría continuar con este ministerio una vez que entregara su vida por la humanidad, y eligió a 12 hombres que pudieran seguir con su obra. 

Jesús en su elección se encontró con 12 hombres que tenían muy baja su autoestima y tuvo que trabajar en ellos durante 3 años para cambiarle la forma en que ellos se veían. Dios nunca a escogido a hombres perfectos, Dios escoge Hombres y Mujeres dispuestos a dejarse transformar por Dios, el mundo nos ha robado la confianza y el valor, ha dejado nuestra autoestima por el suelo haciéndonos creer que no somos capaces de hacer algo grande por nuestro Dios, la buena noticia es que Dios sabe que en sus manos somos capaces de todo, y algo todavía mas maravillo es saber que para Dios tenemos un valor inmenso.

Hoy en día, hay ministros que desde el púlpito hablan contra el pecado, pero que en sus propias vidas viven cautivos de él. Hablan del hogar ideal y de la familia feliz, pero sus matrimonios son un desastre, sus hijos son rebeldes. Cada ministro necesita ser sanado por el Señor, pues EL quiere devolvernos el verdadero valor que nosotros tenemos, para que podamos ayudar también a otros a vencer y a levantar su autoestima.

Si meditamos un poco en Mateo 8:1-3 Cuando Cristo se acercó a ese leproso que había sido rechazado a causa de su enfermedad, la Biblia dice que el leproso le pidió sanidad a Jesús de una forma muy poco convencional: "Señor, si quieres, puedes limpiarme." Jesús al momento extendió su mano y le toco diciendo: " Quiero; sé limpio". Al momento el hombre sanó. 

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¿Cómo piensan ustedes que se sintió ese hombre? un hombre al que nadie tocaba a causa de su enfermedad, pero Cristo sí lo hizo, quizás este hombre se acerco tímido creyendo que Jesús lo alejaría a causa de su enfermedad,  para sorpresa de él, Jesús hizo todo lo contrario, se acercó y le tocó. 

Con seguridad la respuesta y la cercanía de Jesús le levantó su autoestima, pues había sido rechazado por tanto tiempo, y Cristo le acepto, y lo tocó. Fue sanado por el Señor. Eso es lo que quiere hacer el Señor con nosotros: TOCARNOS Y SANARNOS.

Cuando tenemos una autoestima baja pedimos de la misma forma que el hombre leproso "Si quieres", Dios quiere darnos lo mejor de lo mejor, el problema es que muchas veces tenemos tan baja autoestima que creemos que el éxito, la bendición, la prosperidad, la unción, etc. no son para nosotros; que solo otros pueden recibir algo grande de Dios y que nosotros no merecemos tanto, que debemos conformarnos con poco, que no podemos soñar con algo grande, que no podemos esperar mucho de Dios porque no merecemos tanto, no valemos tanto para Dios.

Las cosas por lo general tienen valor por lo siguiente:

Cuando alguien paga un alto precio por algo, entonces lo cuida por el valor que tiene para él.

Nosotros fuimos comprados por precio. Jesús derramó su sangre por nosotros, el más alto precio que alguien pudiese pagar. (1 Corintios 6-20, 1 Corintios 7:23, 1Pedro 1:18-19).

En un automóvil no es lo mismo una marca desconocida que un Mercedes Benz, una prenda de una marca reconocida vale mucho mas que una marca poco conocida, Cuando nos referimos al sello o marca, el producto puede ser el mismo pero la marca hace la diferencia en el precio que se ha de pagar.

Dice la Biblia que nosotros hemos sido sellados por el Espíritu Santo (Efesios 1:13, 4:13, 2 Corintios 1:22)

No vale lo mismo una pintura de Da Vinci que una pintura de un artista desconocido.

Nosotros fuimos creados por la propia mano de Dios, y EL mismo puso aliento en nosotros (Salmos 100:3, 119:73)

Un producto vale mucho más cuando es único o exclusivo.

Cada uno de nosotros es exclusiva creación de Dios, no existen dos personas iguales, todos somos diferentes y exclusivos, tenemos huella digital propia, tenemos exclusivo iris en nuestros ojos, tenemos un ADN único. EL nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. EL nos formó con sus propias manos como lo afirma el Salmos 100. No olvide querido amigo, usted es una pieza exclusiva, no hay dos como usted.

Si comparamos 2 envoltorios de regalo, uno grande y uno chico, el primero es bonito y el segundo no tanto... ¿Cuál vale más? Depende de su contenido, porque el grande y bonito puede contener un osito de peluche, pero el envoltorio chico puede contener un anillo de oro y diamantes, pude contener dinero, puede contener las llaves de una casa nueva, etc

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De la misma forma, nosotros no valemos por nuestra apariencia, sino por lo que hay dentro, la Biblia dice que hay un tesoro en vasijas de barro, la Biblia dice que somos Templo de Espíritu Santo. (2 Corintios 4:7, Romanos 9:20-21), dentro de nosotros tenemos a Dios mismo, eso nos va un valor incalculable, no por lo que somos, sino por el Dios Grande y Poderoso que llevamos dentro.

El rechazo nos hace estar a la defensiva, apaga nuestra personalidad y baja nuestra autoestima. Pero Dios no nos rechaza, sino que al igual que al hijo Pródigo, nos recibe con los brazos abiertos, se echa sobre nosotros y nos besa, hace fiesta.

Dios nos dice que somos su especial tesoro (Éxodo 19:5-6). Somos la niña de sus ojos (Deuteronomio 32:10, Salmos 17:8).

No importa lo que nos haya dicho el Diablo tratando de deprimirnos y afectar nuestra propia estima, lo que importa es lo que dice Dios de nosotros, el nos amó hasta la muerte, y está dispuesto a usarnos cuando nosotros hayamos sanado nuestra alma, despertado nuestra personalidad y levantado nuestra autoestima.

Recuerde querido lector, Satanás quiere destruir su autoestima, pero Dios esta deseoso de ayudarle a reconstruir todo lo que el enemigo ha destruido, Dios quiere que recupere su valor propio; que podamos vernos de la misma forma en que el nos ve. Puedes leer mas en nuestra pagina Sermones y Enseñanzas para Jóvenes.