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El nacimiento del agua y del Espíritu


 EL NACIMIENTO DE AGUA Y DEL ESPÍRITU SEGÚN LA BIBLIA

manos toando del agua de un arrollo

“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.” (Juan 3:5).

La Doctrina del Nuevo Nacimiento


Jesús introdujo la doctrina del nuevo nacimiento en Juan 3:5. Muchos pasajes subsiguientes usan esta enseñanza como una base cuando hablan de la regeneración o la nueva vida en Jesucristo. 

El nuevo nacimiento es lo mismo que la experiencia de salvación en el sentido pasado. En esta época de la iglesia neotestamentaria, el nuevo nacimiento es una parte indispensable para recibir la salvación eterna.

Cuando Nicodemo vino a Jesús, el Señor le dijo, “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” (Juan 3:3). Las palabras que Jesucristo usó aquí también pueden significar “nacer de arriba,” pero en este caso el significado primario es “nacer de nuevo.”, Nicodemo no se confundió en cuanto al nacimiento de los cielos; lo que le dejó perplejo era que una persona debe nacer una segunda vez. Nicodemo le preguntó a Jesús cómo un hombre pudiera entrar en el vientre de su madre una segunda vez y nacer de nuevo. Entonces Jesús explicó que estuvo hablando del nacimiento de agua y del Espíritu, es decir, no estuvo hablando de un segundo nacimiento físico sino de una experiencia que impartiría espiritualmente una nueva vida. Nicodemo tampoco entendió esta declaración, porque él preguntó, “Cómo puede hacerse esto?” (Juan 3:9). Entonces Jesús expresó el asombro que un erudito religioso y un líder como Nicodemo no entendiera lo que él quiso decir.

La doctrina de Jesucristo acerca del nuevo nacimiento no debe de haber sido totalmente extraña a los judíos. El usó como base la promesa de Ezequiel 36:25-26: “Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne”

Puesto que Jesús dividió el nuevo nacimiento en dos componentes para explicarlo, haremos lo mismo aquí. Debemos entender que el nuevo nacimiento es una sola experiencia que consiste en dos partes; una parte es incompleta sin la otra. Hay un solo nacimiento, no dos. Te puede interesar leer El Espíritu en forma de paloma y la Voz en el Bautismo de Jesús

NACIMIENTO DE AGUA


Los teólogos han propagado muchas teorías sobre el significado de esta frase. Las interpretaciones más prominentes son: 
  1. Se refiere al nacimiento natural que es acompañado por un flujo de fluido amniótico acuoso
  2. Es idéntico al nacimiento del Espíritu
  3. Se refiere a la limpieza espiritual realizada por la Palabra de Dios
  4. Es el bautismo en agua; no meramente la ceremonia humana, sino la obra que Dios realiza cuando El perdona los pecados en el bautismo en agua. Permítanos analizar cada una de estas ideas.

¿Es el nacimiento de agua un Nacimiento Natural?


Esta interpretación es sumamente improbable por varias razones: 

1. Sería una manera muy extraña de describir el nacimiento natural, especialmente porque este uso no aparece en otra parte en las Escrituras ni en el discurso ordinario.

2. Jesús informó específicamente a Nicodemo que el nuevo nacimiento era un nacimiento de agua y Espíritu, y no un nacimiento natural. Una comparación entre los versículos 3 y 5 muestra que “nacer de nuevo” es equivalente a “nacer de agua y del Espíritu”.

3. Si el nacer de agua significa el nacimiento natural, entonces Jesús o le dijo a Nicodemo que hiciera algo que ya había hecho o que hiciera algo que era físicamente imposible. Si esto fuera el caso, la pregunta de Nicodemo era válida y Jesús no le habría corregido.

4. Parece innecesario decir que debemos nacer en este mundo puesto que todo el mundo obviamente ya ha nacido así;

5. Si el nacimiento de agua realmente es el nacimiento natural, ¿por qué indicó Jesús que el nuevo nacimiento tiene dos componentes? Puede haber un paralelo entre el agua en el nacimiento natural y en el nuevo nacimiento, pero el contexto de Juan 3 establece que el nacimiento de agua no es el nacimiento natural.

¿Es Idéntico al Nacimiento del Espíritu?


De acuerdo a esta idea, Jesús realmente quiso decir, “Tú debes nacer de agua, es decir, del Espíritu.” Por supuesto, unos pasajes asemejan al Espíritu con el agua (Juan 4:14; 7:38). Sin embargo hay varias dificultades si tratamos de aplicar este simbolismo a Juan 3:5

1. La lectura natural y ordinaria de este versículo hace una distinción entre el agua y Espíritu, y todas las traducciones importantes mantienen esta distinción.

2. Muchos otros pasajes indican que el agua y el Espíritu son dos distintos aspectos del mensaje del evangelio.

3. En sus escrituras posteriores, Juan mantenía la distinción entre el agua y Espíritu como se relacionan a la salvación. “Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan” (1 Juan 5:8). Si Juan 3:5 realmente iguala el agua y el Espíritu, Juan no habría hecho una distinción tan clara entre estos dos elementos en 1 Juan 5:8, especialmente puesto que ambos versículos hablan del mismo asunto (la salvación).

¿Somos Limpios por la Palabra?


Esta idea depende mucho en Efesios 5:26 refiriéndose a la iglesia que dice "habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra” Sin embargo, puede ser que este versículo esté hablando de ambas cosas. Si Juan 3:5 se refiere al bautismo, entonces Efesios 5:26 podría referirse al bautismo en agua administrado de acuerdo con la Palabra de Dios. De todos modos, no hay necesariamente ninguna relación entre los dos pasajes; no es necesario que uno proporcione una interpretación para el otro.

F. F. Bruce declaró que la frase de Efesios 5:26 pudiera decir “lavamiento por agua y por la palabra” o, como él lo amplificó más allá, “purificado en el lavamiento del agua acompañado por la palabra hablada.” El continuó: “La palabra acompañante’ (griego: rhema) probablemente no significa aquí las Sagradas Escritura sino la palabra de confesión o invocación hablada por el converso, como en las palabras habladas por Ananías a Pablo: ‘Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre ‘ (Hechos 22:16).”

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Objeciones serias a la idea que el agua de Juan 3:5 realmente es la Palabra.


1. Ignora el significado literal de la palabra agua y escoge un significado simbólico sin el apoyo del contexto. Esto a su vez levanta otros problemas. ¿Por qué escogería Jesús un símbolo tan oscuro para explicar un asunto tan vital? Cuando Nicodemo le preguntó más, ¿por qué no le explicaría este simbolismo? ¿Por qué no simbolizó el Espíritu también? ¿Por qué describiría un aspecto del nuevo nacimiento literalmente y otro aspecto simbólicamente?

2. Este simbolismo no ocurre en ninguna parte del Antiguo Testamento ni en las enseñanzas de Jesús, ¿entonces, cómo podría Jesús esperar que Nicodemo lo entendiera? Puesto que el agua nunca había sido usada para simbolizar la Palabra de Dios ni en el tiempo de Nicodemo ni antes, ¿por qué le corregiría Jesús a Nicodemo por su falta de comprensión?

3. No debemos acudir a una interpretación simbólica cuando el contexto no indica una. Esto es especialmente el caso aquí, dónde el contexto, la gramática, y el uso posterior ofrecen una buena rendición literal.

4. Hablando teológicamente, es más apropiado describir la Palabra de Dios como el agente de concepción mas que una parte del propio nuevo nacimiento. “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.” (1 Pedro 1:23). “Ustedes han sido regenerados—renacidos—no de un origen mortal (la simiente, la esperma) sino de uno que es inmortal por la Palabra de Dios que es siempre viva y duradera” (LBA). En uno de las parábolas de Jesucristo, un sembrador sembró semilla en cuatro tipos de tierra, pero solo uno de ellos dio fruta (Lucas 8:4-15). Cuando Jesús interpretó la parábola, El dijo, “La semilla es la palabra de Dios” (Lucas 8:11). Los cuatro tipos de tierra representaron cuatro tipos de personas. Aunque Dios trató de sembrar Su Palabra en todos los cuatro, solamente tres dieron resultados iniciales y solo uno dio resultados duraderos. En resumen, la Palabra de Dios es el origen de la salvación; es la semilla que producirá la concepción. Sin embargo, el propio nuevo nacimiento consiste en el agua y el Espíritu y ocurre cuando creemos, cuando obedecemos, y aplicamos la Palabra.

El Bautismo en Agua


Creemos que esta última idea es correcta, a saber, que el nacimiento de agua ocurre cuando Dios perdona los pecados en el bautismo en agua. Muchos teólogos a lo largo de la historia de la iglesia han apoyado esta interpretación, en particular los líderes de la iglesia primitiva y los Luteranos, aceptamos esta idea por varias razones buenas.

1. Esto es el resultado de una lectura sincera y literal del texto. El bautismo es el único uso significante de agua en la iglesia neotestamentaria, de manera que agua indica el bautismo en agua si la interpretamos literalmente. Por lo general, la iglesia primitiva usaba agua para significar el bautismo en agua. Por ejemplo, Pedro preguntó con respecto a Cornelio y su casa, "¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros?" (Hechos 10:47). Juan mismo empleó agua en una manera literal cuando dijo que el Espíritu, el agua, y la sangre concuerdan en el único propósito de la salvación (1 Juan 5:8); si en este pasaje el Espíritu y la sangre son literales, entonces agua es literal. El Comentario del Púlpito concuerda que 1 Juan 5:6-8 se refiere al bautismo en agua. El teólogo bautista Beasley-Murray ha comentado que Juan 3:5 se refiere al bautismo en agua: “En un tiempo cuando el empleo del agua para limpieza en vista del último día había tomado la forma específica del bautismo, es difícil aceptar seriamente cualquier otra referencia fuera del bautismo.”

2. El contexto de Juan 3:5 sugiere fuertemente el bautismo en agua. Juan 1:25-34 y 3:23 hablan del ministerio bautismal de Juan el Bautista. Juan 3:22 y Juan 4:1- 2 describen los bautismos administrados por los discípulos de Cristo y en Su autoridad. En este contexto, la comprensión más natural acerca de agua es el bautismo en agua. Esta idea es apoyada por Los Comentarios Tyndale del Nuevo Testamento: “A la luz de la referencia a la práctica por Jesús del bautismo en agua en el versículo 22, es difícil no traducir conjuntamente las palabras de agua y del Espíritu, y no pensar de ellas como una descripción del bautismo cristiano en que la limpieza y la dotación son ambas elementos esenciales.”

3. Este es el único significado que se podría esperar que Nicodemo entendiera. Como un líder religioso judío, Nicodemo conocía las limpiezas ceremoniales del Antiguo Testamento así como el bautismo del prosélito judío. Más importante, él tenía el testimonio de Juan el Bautista, porque todos los líderes religiosos judíos de su día conocían muy bien el bautismo de Juan (Luc 20:1-7). Tanto el bautismo del prosélito judío como el bautismo de Juan eran parte de la conversión y el arrepentimiento, entonces Nicodemo no se debe de haber confundido cuando Jesús habló del agua como una parte de hacer un nuevo esfuerzo hacía Dios. De hecho, puede ser que Jesús ya había autorizado a Sus discípulos a bautizar, como se ve solo unos versículos después (Juan 3:22; 4:1-2).

4. El nacimiento del Espíritu significa el bautismo del Espíritu (véase sección posterior); entonces, hablando gramaticalmente el nacimiento de agua debe significar el bautismo en agua.

5. Hay un solo bautismo (Efesios 4:5), pero la Biblia enseña claramente tanto el bautismo en agua como el bautismo del Espíritu. Podemos reconciliar esta aparente contradicción por reconocer que el bautismo en agua y el bautismo del Espíritu son dos partes de una sola cosa y que una parte es incompleta sin la otra. Hablando doctrinalmente, si uno es parte del nuevo nacimiento, el otro también debe ser parte.

6. Dios perdona los pecados en el bautismo en agua. Por tanto, el bautismo debe ser parte del nuevo nacimiento, porque ¿Cómo podría haber una nueva vida espiritual hasta que la vida vieja del pecado se haya borrada? Hasta que los pecados sean lavados y su castigo puesto lejos, no puede haber ninguna vida eterna en el reino de Dios.

7. Tito 3:5 es un versículo que acompaña a Juan 3:5, y al parecer se refiere al bautismo en agua. “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” La regeneración simplemente significa el nuevo nacimiento, así que aquí vemos un segundo pasaje que identifica el agua y el Espíritu con el nuevo nacimiento. La redacción de este versículo se refiere al bautismo en agua en lugar de las otras alternativas. Describe un hecho específico de lavamiento que es una obra distinta a la del Espíritu. Muchas traducciones enfatizan la connotación de un hecho específico: “el lavatorio de la regeneración” (Conybeare), “el baño del nuevo nacimiento” (Rotherham), “el baño de la regeneración” (Weymouth), y “el agua del renacimiento” (la Nueva Biblia Inglesa). Este hecho de lavamiento es una limpieza del pecado, y esto nos recuerda de las instrucciones de Ananías a Pablo: “Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre.” (Hechos 22:16). Pablo recontó la historia en Hechos 22 y escribió las palabras en Tito 3, entonces probablemente El estaba consciente del pensamiento paralelo. La conclusión es ineludible: “el lavamiento de la regeneración,” que significa “el nuevo nacimiento de agua,” es el lavamiento de los pecados en el bautismo en agua. De hecho, según Bloesch, “los eruditos bíblicos generalmente están de acuerdo que el lavado de regeneración se refiere al rito del bautismo.”

8. Muchos otros pasajes juntan el bautismo en agua y el bautismo del Espíritu en el mensaje de la salvación y enfatizan el papel importante del bautismo en la salvación. Los que se oponen a esta idea por lo general protestan el hecho de que los santos del Antiguo Testamento no se bautizaban en agua como los creyentes del día de hoy. No obstante, tampoco recibían el Espíritu como los creyentes del día de hoy (Juan 7:38-39). Los santos del Antiguo Testamento no nacían de nuevo en el sentido que Jesús describió y estableció para la iglesia neotestamentaria.

El Nacimiento del Espíritu


El nacimiento del Espíritu es la operación del Espíritu Santo en la salvación del hombre. Esta es la lectura literal de Juan 3:5-8, y nadie disputa seriamente esto. Aunque algunos están de acuerdo que el nacimiento del Espíritu significa la recepción el Espíritu de Dios para morar en la vida de uno, hay alguna diferencia de opinión acerca de si esto es idéntico al bautismo del Espíritu o no. 

La mayoría identifica la recepción del Espíritu Santo con el bautismo del Espíritu Santo, aunque algunos por lo general rechazan la señal de hablar en lenguas. Por eso Bloesch declaró, “insistimos que el bautismo del Espíritu no debe distinguirse del nuevo nacimiento.” Adam Clarke también igualó el nacimiento del Espíritu con el bautismo del Espíritu. En la iglesia neotestamentaria, el nacimiento del Espíritu, el don del Espíritu, recibir el Espíritu, y el bautismo del Espíritu son todos el uno y el mismo, como explicamos más abajo.

1. En base de las profecías del Antiguo Testamento acerca del derramamiento del Espíritu, Jesús indudablemente esperaba que Nicodemo entendiera lo que El quiso decir acerca del nacimiento del Espíritu. En particular, Nicodemo debió de haber conocido la profecía de Joel que Pedro aplicó al bautismo del Espíritu en el Día de Pentecostés (Hechos 2:16-18).

2. Juan el Bautista prometió explícitamente el bautismo del Espíritu (Marcos 1:8). Sin duda, Nicodemo conocía el ministerio de Juan y debe de haber estado esperando su cumplimiento.

3. El Libro de los Hechos enseña que recibimos el Espíritu cuando somos bautizamos con el Espíritu. Jesús les mandó a los discípulos que esperasen la promesa del Padre. El describió esto como ser “bautizados con el Espíritu Santo” (Hechos 1:4-8). Los discípulos recibieron esta promesa en el Día de Pentecostés cuando fueron “llenos del Espíritu Santo” (Hechos 2:4). Pedro prometió esta misma experiencia que él llamó “el don del Espíritu Santo,” a los espectadores arrepentidos en aquel día (Hechos 2:38-39). Cuando Cornelio y su casa recibieron la misma experiencia, la Biblia lo describe de varias maneras: “el Espíritu Santo cayó sobre todos,” sobre ellos “se derramó el don del Espíritu Santo,” y ellos “recibieron el Espíritu Santo” (Hechos 10:44-48). Pedro lo identificó como el don y el bautismo del Espíritu Santo (Hechos 11:15-17). En resumen, el Libro de los Hechos iguala todas las descripciones de la obra salvadora del Espíritu con el bautismo del Espíritu Santo.

4. Algunos dicen que el nacimiento del Espíritu se refiere al Espíritu que mora en los creyentes sin el bautismo del Espíritu. Sin embargo, es una contradicción de términos decir que el Espíritu mora en alguien aunque no haya recibido el Espíritu. Si algo significan las palabras, la morada del Espíritu debe empezar con recibir— ser lleno con—el Espíritu, o ser bautizado con el Espíritu.

5. 1 Corintios 12:13 demuestra que la obra del Espíritu en la salvación es el bautismo del Espíritu: “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo,”

6. Muchos otros pasajes enfatizan la necesidad del bautismo del Espíritu y lo relacionan con el bautismo en agua como una parte del mensaje de la salvación.

EL NUEVO NACIMIENTO COMO UNA SOLA COSA


Debemos enfatizar que el nuevo nacimiento es una sola cosa. Uno o nace de nuevo o no; no existe cosa como nacer a medias. Aunque Jesús identificó a dos componentes (el agua y el Espíritu) no obstante El habló de un solo nuevo nacimiento. "el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan."  (1 Juan 5:8). Hay un solo bautismo (Efesios 4:5) y consiste del agua y del Espíritu. Las Escrituras abarcan tanto el bautismo en agua como el bautismo del Espíritu cuando enseñan que somos sepultados con Cristo en el bautismo para ser resucitados en una nueva vida (Romanos 6:3-4), que somos bautizados en Cristo (Gálatas 3:27), y que recibimos la circuncisión espiritual por el bautismo (Colosenses 2:11-13).

A pesar de lo que el arrepentimiento, el bautismo en agua, y el bautismo del Espíritu logran individualmente, siempre debemos recordar que la obra total de la salvación se completa en la unión de las tres cosas. Nunca debemos poner tanta importancia en un solo elemento o que lleguemos a juzgar que los otros no son necesarios.

El modelo bíblico es experimentar todos los tres (el arrepentimiento, el bautismo en agua, y el don del Espíritu Santo Hechos 2:38). Aunque los samaritanos se habían bautizado en el nombre de Jesús, siempre era necesario que recibiesen el Espíritu (Hechos 8:15-17). Aunque Cornelio ya había recibido el Espíritu, Pedro le mandó que se bautizase en el nombre de Jesús (Hechos 10:44-48).

En el mejor de los casos, los tres deben ocurrir casi simultáneamente o en una sucesión rápida. Hechos 2:38 promete que cuando las personas se arrepienten y se bautizan, recibirán el Espíritu Santo, sin necesidad de que haya espera entre los tres componentes.

En particular, si las personas ejercen la fe, recibirán el Espíritu Santo tan pronto como se arrepientan y se bautizan. Esto es exactamente lo que pasó con los discípulos de Juan en Efeso (Hechos 19:1-6). El eunuco etíope y el carcelero filipense recibieron una experiencia gozosa después de que ellos se bautizaron, qué al parecer fue el bautismo del Espíritu (Hechos 8:36-39; 16:31- 34). Dios lo ha diseñado para que el proceso entero del nuevo nacimiento pueda ocurrir de una vez.

Una Comparación entre el Primer y Segundo Nacimiento


Una comparación al nacimiento natural ilustrará la unidad del nuevo nacimiento. Podemos ver cada uno de los nacimientos como un solo evento, pero cada uno también es un proceso que consiste en varios componentes. Un escritor ha comparado los dos de la siguiente manera:

El Nacimiento Natural


  1. La concepción.
  2. El bebé deja la matriz.
  3. El bebé respira la primera vez.

El Nuevo Nacimiento


  1. El oír el evangelio; el comienzo de la fe.
  2. El bautismo en agua.
  3. El bautismo del Espíritu Santo

¿Cuándo Se Aplica la Sangre?


Puesto que el nuevo nacimiento es una sola cosa indivisible, creemos que la sangre de Jesucristo es aplicada a lo largo del proceso. La sangre no es una sustancia mágica a ser untada en nuestras almas. Cuando la Biblia habla de la sangre de Jesús, habla de la muerte sustitutiva de Jesucristo que satisfizo la justicia de Dios y nos hizo disponible la misericordia de Dios. La sangre de Jesús compra nuestra salvación. Sin la expiación de Cristo, no podríamos buscar a Dios, no podríamos arrepentirnos efectivamente, no podríamos recibir el perdón de nuestros pecados en el bautismo en agua, ni podríamos recibir el Espíritu Santo. En otras palabras, la muerte sustitutiva de Jesús hace tanto disponibles como eficaces el arrepentimiento, el bautismo en agua, y el bautismo del Espíritu.

Usando la terminología de la sangre, la sangre es aplicada a nuestros corazones la primera vez que oímos el evangelio, con el fin de permitirnos a buscar a Dios. Es aplicada a nuestros corazones en el arrepentimiento con el fin de permitirnos a volvernos del pecado a Dios. Es aplicada a nuestros corazones en el bautismo en agua para perdonar el pecado, y en el bautismo del Espíritu para permitirnos a recibir el Espíritu de Dios. Después del nuevo nacimiento, seguimos viviendo una vida victoriosa y santa por el poder de la sangre. Así, la sangre no es aplicada en un solo momento de tiempo, sino a lo largo del proceso de la salvación, desde la primera vez que oímos la Palabra hasta el retorno de Jesucristo para Su iglesia. Puedes leer mas sobre este tema en ¿Cuándo son lavados nuestros pecados?

Unas Características de los Creyentes Renacidos


La Primera Epístola de Juan habla del nuevo nacimiento del punto de vista de aquellos que ya lo han experimentado. Juan no escribió su epístola para enseñar a los pecadores cómo ser salvos, sino para enseñar a los creyentes que habían sido bautizados y llenos del Espíritu cómo tener la seguridad presente en su estado de renacidos, y cómo vivir como cristianos renacidos. Nada en esta epístola de Juan revoca la necesidad del nacimiento de agua y del Espíritu como está registrado en el evangelio de Juan. Primera de Juan nos da las siguientes características que exhibirá la persona renacida si obedece la dirección de su naturaleza regenerada.

El Creyente Renacido (1 Juan):


  1. Confiesa que Jesús vino en la carne. 4:2
  2. Tiene amor. 4:7
  3. Confiesa que Jesús es el Hijo de Dios. 4:15
  4. Cree que Jesús es el Cristo. 5:1
  5. Vence al mundo. 5:4
  6. No sigue pecando. 3:9; 5:18
  7. Guarda los mandamientos de Dios. 3:24
  8. Tiene el Espíritu Santo. 3:24; 4:13
  9. Tiene el testigo del Espíritu, el agua y la sangre. 5:8-10

Así que, si el creyente ha sido bautizado en agua y del Espíritu y la sangre de Jesucristo ha sido aplicada. Tiene la seguridad de la salvación siempre y cuando siga confesando, amando, creyendo, venciendo al pecado y al mundo, y sometiéndose a Dios.

Los Santos del Antiguo Testamento No Nacían de Nuevo Como Nosotros


Bajo el antiguo pacto, los santos no eran regenerados en el sentido que Jesús enseñó, porque la regeneración es una experiencia del nuevo pacto. Es una parte del nuevo pacto Dios prometió escribir Su ley en los corazones de Su pueblo (Jeremías 31:31-34) y darles un nuevo espíritu (Ezequiel 11:19). 

El antiguo pacto reveló la ley moral de Dios pero no dio el poder espiritual para vencer sobre la naturaleza pecaminosa y para cumplir la ley (Romanos 7:7-25; 8:3). Sin embargo, bajo el nuevo pacto el pueblo de Dios recibe una nueva naturaleza (el Espíritu de Dios) lo que sobrepasa la ley e imparte el poder sobre el pecado a diario (Romanos 8:2-4; Gálatas 5:16-18). Como resultado, servimos a Dios ahora en “vida nueva” en lugar del “ viejo régimen de la ley” (Romanos 7:6).

No había perdón permanente del pecado bajo la ley, sino solamente una postergación del pecado hasta el futuro, es decir, finalmente hasta la muerte de Cristo (Romanos 3:25). Los sacrificios de sangre tenían que ser ofrecidos continuamente para mover hacia adelante por un tiempo la multa del pecado, pero el sacrificio de Jesucristo hizo del perdón de los pecados una realidad eterna en el nuevo pacto (Hebreos 10:1-18). Solo bajo el nuevo pacto podemos recibir inmediatamente el perdón permanente de los pecados (Jeremías 31:31-34; Hebreos 10:14-18).

En resumen, los santos del Antiguo Testamento no nacieron de nuevo en el sentido neotestamentario porque:
  1. El perdón permanente de los pecados no les fue otorgado de manera permanente
  2. La nueva naturaleza en la forma del Espíritu que mora en nosotros permanentemente estaba disponible para ellos. 
  3. Esto corresponde al hecho de que ni el bautismo en el nombre de Jesús para el perdón de los pecados ni el bautismo del Espíritu Santo existía en el Antiguo Testamento.

Concluimos que nacer de nuevo significa ser bautizado en agua y con el Espíritu Santo. Comprendemos que el evangelio completo es el arrepentimiento, el bautismo en agua en el nombre de Jesús, y recibir el bautismo del Espíritu Santo. Puedes leer mas en nuestro articulo El bautismo en el nombre de Jesús