EL BAUTISMO DE CRISTO
“Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.” (Mateo 3:16-17).
Según este pasaje, el hijo de Dios fue bautizado, el Espíritu descendió como una paloma, y una voz habló desde los cielos. Lucas 3:22 agrega además que “y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma,” Para poder entender esta escena correctamente, debemos recordar que Dios es omnipresente. Jesús es Dios y era Dios manifestado en carne mientras que El estaba en la tierra. Él no podría sacrificar Su omnipresencia mientras que estaba en la tierra, y no lo hizo, porque eso es uno de los atributos básicos de Dios, y Dios no cambia. Por supuesto, el cuerpo físico de Jesús no era omnipresente, pero su Espíritu sí lo era. Además, aunque la plenitud del carácter de Dios era residente en el cuerpo de Jesús, el Espíritu omnipresente de Jesús no podía ser contenido así. Entonces, Jesús podría estar en la tierra y el cielo en el mismo tiempo (Juan 3:13) y con dos o tres de sus discípulos en cualquier momento (Mateo 18:20).
Pensando en la omnipresencia de Dios podemos entender el bautismo de Cristo muy fácilmente. No presentó ninguna dificultad para el Espíritu de Jesús hablar desde los cielos y a la vez enviar una manifestación de su Espíritu en la forma de una paloma mientras que su cuerpo humano estaba en el río Jordán. La voz y la paloma no representan personas distintas, así como la voz de Dios en el Sinaí no puede indicar que la montaña era una distinta persona inteligente en la Deidad.
LA VOZ Y LA PALOMA
La voz y la paloma eran manifestaciones
Puesto que la voz y la paloma eran manifestaciones simbólicas del único Dios omnipresente, podemos preguntar ¿Qué es lo que ellos representaban? ¿Cuál era su propósito? , ¿Cuál era el propósito del bautismo de Jesús?
- Ciertamente no fue bautizado para perdón de los pecados como nosotros, porque El era sin pecado (I Pedro 2-22). Pero la Biblia dice que El fue bautizado para cumplir toda justicia (Mateo 3:15). El es nuestro ejemplo y El fue bautizado para darnos un ejemplo que debemos seguir (I Pedro 2:21).
- Jesús fue bautizado como un medio de manifestarse, o de hacerse conocido a Israel (Juan 1:26- 27, 31). Es decir, Jesús utilizó el bautismo como el punto de partida de su ministerio. Era una declaración pública de quién era y de lo que El vino a hacer. Por ejemplo, en el bautismo de Cristo, Juan El Bautista aprendió quién era Jesús. El no sabía que Jesús realmente era el Mesías hasta Su bautismo, y después de Su bautismo El podía declarar a la gente que Jesús era el Hijo de Dios y el Cordero de Dios quien quita el pecado del mundo (Juan 1:29-34).
Propósito de La voz y la paloma
Habiendo establecido los propósitos del bautismo de Cristo, veamos cómo la paloma y la voz fomentaban aquellos propósitos.
Juan 1:32-34 indica claramente que la paloma
era una señal para el bien de Juan el Bautista. Puesto que Juan era el precursor de Jehová (Isaías 40:3),
él tenía que saber que Jesús era realmente Jehová venido en carne. Dios le había dicho a Juan que el que iba a bautizar con el Espíritu Santo, entonces sería identificado por el Espíritu descendiendo sobre El. Por supuesto, Juan era incapaz de ver al Espíritu de Dios ungiendo a Cristo, entonces Dios escogió una paloma como la señal visible de su Espíritu. Así
entonces, la paloma era una señal especial para hacer saber a Juan que Jesús era Jehová y el Mesías. (Puedes leer mas sobre esto en
El Ministerio de Juan el Bautista, Voz que Clama en el Desierto)
La paloma, un tipo de La Unción
La paloma también era un tipo de unción para significar el principio del ministerio de Cristo. En el Antiguo Testamento, los profetas, los sacerdotes, y los Reyes eran ungidos con aceite para indicar que Dios los había escogido (Éxodo 28:41; 1 Reyes 19:16).
Los sacerdotes en particular eran lavados en agua y ungidos con aceite (Éxodo 29:4, 7). El aceite simbolizaba el Espíritu de Dios. El Antiguo Testamento predijo que Jesús sería ungido en la misma manera (Salmo 2:2; 45:7; Isaías 61:1). De hecho, la palabra hebrea “Mesías” (Cristo en griego) significa “el Ungido.” Jesús vino para cumplir los papeles de profeta, sacerdote, y rey (Hechos 3:20-23; Hebreos 3:1; Apocalipsis 1:5). El también vino a cumplir la ley (Mateo 5:17-18), y para guardar Su propia ley El tenía que ser ungido como profeta, sacerdote, y rey.
Puesto que Jesús era Dios mismo y un hombre sin pecado, ser ungido por un humano pecaminoso y con aceite simbólico no era suficiente. Más bien, Jesús fue ungido directamente por el Espíritu de Dios. Entonces, en Su bautismo en agua, Jesús fue ungido oficialmente para el principio de Su ministerio terrenal, no por el aceite simbólico sino por el Espíritu de Dios en la forma de una paloma.
La voz vino de los cielos para el bien del pueblo.
Juan 12:28-30 registra un incidente similar en el cual vino una voz del cielo y confirmó la deidad de Jesús al pueblo. Jesús dijo que vino no para el beneficio de El mismo sino para el bien del pueblo. La voz era el medio por lo cual Dios formalmente le presentó a Jesús a Israel como el Hijo de Dios.
Mucha gente estaba presente en el bautismo de Jesús y muchos estaban recibiendo el bautismo también (Lucas 3:21), entonces el Espíritu escogió al hombre Jesús y le identificó delante de todos como el Hijo de Dios por medio de una voz milagrosa del cielo. Esto era mucho más eficaz y convencedor que un anuncio que vendría de Jesús como hombre.
EL PROPOSITO QUE TENIA JESUS EN SU BAUTISMO
El bautismo de Jesús no enseña que Dios es tres personas, sino solamente revela la omnipresencia de Dios y la humanidad del Hijo de Dios. Cuando Dios habla a cuatro personas diferentes en cuatro continentes diversos al mismo tiempo, no pensamos de cuatro personas de Dios, sino de la omnipresencia de Dios.
Dios no propuso que el bautismo les revelara a los judíos monoteístas que estaban presentes, una revelación radicalmente nueva de una pluralidad dentro de la Deidad, y no hay indicación que los judíos lo interpretaron así; incluso, muchos eruditos modernos no ven el bautismo de Cristo como una indicación de una trinidad sino como una referencia a “la unción autoritativa de Jesús como Mesías.”