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Más el justo por la fe vivirá


MÁS EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ, HABACUB 2:4

El justo por la fe vivirá...hombre con las manos abiertas y nubes en el cielo

Más el justo por la fe vivirá, significado


Romanos 1:17 “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; más el justo por la fe vivirá” Estamos ante uno de los versículos más importantes y claves del libro de Habacuc. Es tal su importancia que la expresión: “El justo por la fe vivirá” la encontramos en tres de las epístolas doctrinales más relevantes que tenemos en el nuevo testamento (Romanos 1:17; Gálatas 3:11; Hebreos 10:38).

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En esta ocasión abordaremos el tema partiendo del texto del profeta Habacuc, por ser el primero en hacer mención al respecto. Estableceremos la relación existente de esta frase de Habacuc con la mención que hace Pablo en su epístola a los Romanos. Finalmente reflexionaremos acerca del significado de: “El justo por la fe vivirá” a la luz de nuestro contexto hoy.

MÁS EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ, CONTEXTO HISTÓRICO DEL PROFETA HABACUC


Habacuc fue quien dijo más el justo por la fe vivirá


Habacuc, quien expresó "mas el justo por la fe vivirá", profetizó durante los días finales del imperio Asirio y el principio del dominio de Babilonia a escala mundial bajo Nabopolasar y su hijo Nabucodonosor. Cuando Nabucodonosor ascendió al poder en el 626 a.C. inmediatamente comenzó a expandir su influencia imperial.


Se cree generalmente que el profeta Habacuc escribió su libro entre mediados y finales del siglo VII a.C.; no mucho antes del asedio de los babilonios y la captura de Jerusalén; los primeros cuatro versículos del capítulo 1 hacen una descripción del estado deplorable espiritual, moral y social de Judá, pues en ella predomina la violencia y la injusticia. “El justo por la fe vivirá” tiene también un significado más amplio.

La visión de Habacuc se realizará en el tiempo señalado 


En el capítulo 1, Habacuc hace a Dios algunas preguntas. Luego dice: “Estaré pendiente de lo que me diga, de su respuesta a mi reclamo”. Y Dios contesta: “Escribe la visión, y haz que resalte claramente en las tablillas, para que pueda leerse de corrido. Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse” (Habacuc 2:2-3)

Una visión” para un “tiempo señalado” cuando Dios cumplirá sus propósitos redentores. ¿Cómo se accede ahora? ¡Por la fe! (Habacuc 2:4)

La tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar


Siguiente pregunta: ¿Qué es esta visión? Dios responde explícitamente: “La tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Habacuc 2:14), una promesa que se encuentra también en el gran pasaje mesiánico, del reino de Dios, en Isaías 11:9; sugerido también en Zacarías 14:8-9.

En medio de las plagas, los problemas y la violencia que Habacuc condena en el capítulo 1, Dios dice: Te doy una visión más grande, a largo plazo, para “la hora señalada” (Versículo 3). Es seguro y cierto. Él “orgulloso” no va a verla, pero los justos la reclamarán por fe; pues el justo por la fe vivirá.

Más el justo por la fe vivirá: Significado de justo en hebreo y griego


El justo por la fe vivirá


La palabra hebrea traducida regularmente “justo” es saddiq y originalmente significa “recto” o “derecha”. El término griego correspondiente es dikaios, y en la sociedad griega se refiere a lo que está de acuerdo con la ley o norma social. La forma nominal de sedeq (O sedaqa) y dikaiosyne.

El sadak verbos y dikaioo significa “hacer justicia”, “ser justo”, “para reivindicar”, o “justificar” en el sentido forense de “declarar justo” o “considerar como justo”.

Fe. Hebreo “emunah” la fe (Emunah / palabra hebrea utilizada en las escrituras) significa algo seguro, establecido y fiel en lo que podemos confiar y creer que es verdad. Pero sobre todas las cosas debemos entender que esta fe que profesamos está intrínsecamente ligada a la palabra de Dios; por lo que esa se traduce también a fidelidad.

Dios continua explicándole a Habacuc como usará a naciones extranjeras para tratar la condición pecaminosa de Judá en una serie de 5 ayes que afectarán a Babilonia, y también a Judá. Por inspiración de Dios pronuncia ayes contra los que a la fuerza toman lo que no es suyo (Habacuc 2:6-8), contra los que buscan la seguridad solo en defensa física (Habacuc 2:9-11) y los que practican la tiranía y la opresión (Habacuc 2:12-13).

El justo por la fe vivirá, con perseverancia y paciencia


Todo lo anterior, con clara referencia a Babilonia que es la nación imperial del momento. Pero también a la vida disoluta de Judá. Junto con esta desgracia anunciada, viene la consoladora promesa:

La tierra se llenará del conocimiento de la gloria del Señor como las aguas cubren el mar” (Habacuc 2:14). Muchas veces no logramos entender que las situaciones difíciles, son la oportunidad de Dios para manifestar su gloria y su poder.

Luego continua un ay contra los oportunistas (Habacuc 2:15-17) y los idólatras (Habacuc 2:18-19). Pero junto con esta desgracia hay un contraste entre los ídolos y Dios: “El Señor está en su santo templo, calle delante de Él toda la tierra” (Habacuc 2:20).

El capítulo final de Habacuc registra el triunfo de la fe. Por medio de su perseverancia y paciencia, Habacuc obtuvo la victoria (1 Juan 5:4); pues el justo por la fe vivirá.

MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ EN HABACUC, ROMANOS, GÁLATAS Y EN HEBREOS


Mas el justo por la fe vivirá según las escrituras


El apóstol Pablo cita Habacuc 2:4 en dos diferentes ocasiones (Romanos 1:17; Gálatas 3:11) para resaltar la doctrina de la justificación por la fe. La fe que es el don de Dios, y disponible a través de Jesucristo, es al mismo tiempo una fe que salva (Efesios 2:8-9) y una fe que sostiene durante toda la vida.

Obtenemos la vida eterna por medio de la fe y vivimos la vida cristiana por la misma fe. A diferencia del “orgullo” al que hace referencia Habacuc en el principio del verso 4, su alma no está recta dentro de él, y sus deseos no son correctos. Pero nosotros, que somos hechos justicia por la fe en Cristo, somos totalmente justificados.

Debemos confiar en Dios, pues el justo por la fe vivirá


La esencia del mensaje de Habacuc yace en el llamado de confiar en Dios (Habacuc 2:4): “El justo por la fe vivirá”. El escritor de Hebreos cita Habacuc 2:4 para aclarar la necesidad del creyente de permanecer firme, fuerte y fiel en medio de la aflicción, las contradicciones de la vida y las pruebas (Hebreos 10:38)

El apóstol Pablo, por otro lado, emplea el versículo dos veces (Romanos 1:17; Gálatas 3:11) para acentuar la doctrina de justificación por la fe. No hay conflicto de interpretación alguna, ya que el énfasis, tanto en Habacuc como en las referencias del Nuevo Testamento, va más allá del acto de la fe para incluir la continuidad de la fe.

La fe no es un acto único sino una manera de vivir. El verdadero creyente, declarado justo por Dios, habitualmente perseverará en la fe a lo largo de toda su vida (Colosenses 1:22-23; Hebreos 3:12-14)

MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ, HABACUC 2


Más el justo por la fe vivirá según Habacuc


Dios, primero traerá juicio sobre los opresores “por la sangre humana y la violencia hecha a la tierra, a la ciudad y a todos los que habitan en ella” (Versículo 8 que se repite en el versículo 17 de Habacuc capítulo 2)

Tres puntos clave aquí:

1) Dios tiene un plan para toda la historia en el cual juzgará el mal y traerá el reino de paz en plenitud.

2) Puede que no veamos evidencia de esto ahora, pero hemos de confiar plenamente en la promesa de Dios por la fe

3) Habacuc debe vivir ahora en esta esperanza y promesa: Vivir por la fe en las seguras promesas de Dios, y actuar en consecuencia a ella.

¿Cómo responde Habacuc?


En adoración: “Más Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra” (Habacuc 2:20). Luego hace una oración notable (Capítulo 3 de Habacuc). ¡Ahora vive por la fe!

El significado completo de Habacuc 2 es que el pueblo de Dios debe vivir y actuar ahora por la fe en la totalidad de las promesas del reino de Dios.

AHORA HABACUC VIVE POR LA FE, PUES MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ


Se vive por la fe porque el justo por la fe vivirá


El justo por la fe vivirá. ¿La fe en qué? En las seguras promesas de Dios, hechas ahora reales para nosotros a través de Jesucristo y su palabra. Vivir por fe significa vivir en la seguridad de que “la tierra se llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar”, en lugar de esperar un escape definitivo al cielo. 

El justo vivirá por la fe, actuar por fe


Vivir por fe significa actuar por fe y en fidelidad para que esto suceda. Significa confiar plenamente en Jesucristo para nuestra salvación y hacer aquellas obras del reino de Dios, “las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).

La Biblia promete la reconciliación plena de los cielos y la tierra; la sanación de toda la creación. El Nuevo Testamento llama a esto “la renovación de todas las cosas” o “restauración universal” (Hechos 3:21); o la reconciliación de todas las cosas en la tierra y en el cielo por medio de Jesucristo (Colosenses 1:20). Este es el reino de Dios en plenitud; la tierra siendo “llena del conocimiento del Señor” (Isaías 11:9)

“Los que esperan en el Señor heredarán la tierra” (Salmo 37:9; cf. 37:11,22,34). “Los justos heredarán la tierra, y vivirán en ella para siempre” (Salmo 37:29). No sorprende entonces que Jesús dice: “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad” (Mateo 5:5)

MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ, PORQUE LA FE TRAE ESPERANZA Y ACCIÓN


Mas el justo por la fe vivirá, fe en las promesas de Dios


El justo vive por la fe. No fe en la fe. No fe en nosotros mismos, o nuestras obras o devoción. No fe en la propia Biblia como libro sagrado. No fe en la doctrina correcta. No fe en la cruz o cualquier otro objeto.

El justo vive por la fe en las promesas fieles de Dios, hechas reales en nosotros a través de Jesucristo. Esto es lo que significa confiar en Jesucristo para nuestra salvación y la del mundo.

Si tenemos fe en Jesucristo, también tenemos la fe de Jesús de que Dios cumplirá todas sus promesas del reino. Así que estamos llamados a ser fieles y representar nuestra esperanza en forma que nos hagan fructíferos precisamente en el cumplimento de esa esperanza. Esto lo vemos en Jesús mismo, tanto nuestro salvador y nuestro ejemplo.

MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ A LA LUZ DE NUESTRO CONTEXTO HOY


Mas el justo por la fe vivirá, contexto


La fe bíblica está siempre vigente. Es la fe en un Dios que es justo y que por la fe en su palabra y en su nombre somos justificados (Romanos 5:1). Esta fe significa fidelidad, entrega, firmeza, constancia, seguridad, servicio y testimonio; que aun cuando las cosas en el mundo no son favorables y prevalece la injusticia, la violencia, el odio y toda clase de mal, nuestra fe nos lleva a confiar que Dios intervendrá y establecerá su reino. Entonces la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren el mar (Habacuc 2:14)

Aunque Abraham es el padre de la fe, y el escritor a los Hebreos nos da una lista de hombres y mujeres que por ella (la fe) alcanzaron testimonio, no obstante es Jesús el autor, quien corona y perfecciona la fe.

Vivir por fe es, entonces, desde nuestro contexto el seguimiento testimonial de Jesús, quien se hizo para nosotros y el mundo camino, verdad y vida; como dijo José Migues Bonino: No se puede creer en Jesús sin seguir e imitar su ejemplo.

Vivimos por fe, mas el justo por la fe vivirá


Mas el justo por su fe vivirá, sigue siendo la clave de nuestra perseverancia en medio del conflicto que se vive en el mundo. Vivimos los tiempos de los cuales Jesús dijo: “El que persevere hasta el fin este será salvo”. Perseverar ¿En qué? En la fe cuyo sentido holístico en todo sus ámbitos haya su más alta expresión en Cristo Jesús, solo en Jesús está la plenitud de vida, no en el sentido utópico, sino vivencial, pues nuestro encuentro con el resucitado es mediante la provisión de la fe como don divino

Vivimos por la fe, pero una fe que tiene como referencia el evangelio que es siempre la buena nueva de Dios y de su reino y que debe ser vivido en lo personal, lo familiar, lo eclesial y lo comunitario.

En conclusión, Vivir por la fe no es el ideal de Habacuc, de Pablo, o el escritor a los Hebreos; es la demanda de Dios a los suyos.